martes, 30 de diciembre de 2008

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Se termina el año en medio de noticias que preocupan y hacen pensar en cómo será el 2009, económicamente hablando. Bien sé yo que lo otro, la catadura de gobierno mal elegido por el pueblo, no variará sustancialmente y todo seguirá igual pues la brecha que divide a los peruanos se ampliará cada vez más.

Sin ir muy lejos puedo observar las diferentes formas de 'celebrar' las fiestas de fin de año: unos, los más privilegiados, luego de gastar muchísimo en regalos navideños, ya están veraneando en la casa o departamento bien equipado, ya pagaron por la fiesta con orquesta y se compraron ropa nueva para la ocasión; otros, aún no tenemos un plan trazado pero sin lugar a dudas la pasaremos festejando y gastando algo de dinero. Pero la mayoría de los peruanos estará durmiendo cuando sean las doce, si tiene dónde hacerlo, o trabajando para que los privilegiados reciban el 2009 'como se debe'.

Nuestro país está enfermo, padece de un mal crónico: la exagerada y abrumante desigualdad. La mayoría de nosotros vive sin reparar en ello, ¿será porque en verdad no nos damos cuenta o porque nos molesta hacerlo?

Los congresistas gritan desaforadamente cuando les hablan de pagar impuestos por sus tremendos aguinaldos navideños mientras en el hospital todos los días hay un niño que se muere por desnutrición o una madre que implorante y con lágrimas en los ojos se acerca, temerosa, a rogar que le donemos 24 soles para tener la mitad de medicinas necesarias para la operacion urgente de su hijo.

Sé muy bien que es legítimo tener algo y cuidarlo, dinero, trabajo, veranear en una playa de moda... ¡correcto!, pero también sé que es bueno, no solo para el otro sino también para uno mismo, compartir con el semejante, ayudarlo y ser feliz por su felicidad.

Mi alma se llena de tristeza al pensar en mis amigos, los niños que ocupan una cama del hospital. Quisera poder dividirme y estar con ellos todos los días y a cada instante. Es imposible, pero mi alma está a su lado y el sábado podré demostrarles mi amor.

Quisiera que Dios me dé un regalo este 2009: que más gente esté dispuesta a ayudar, que más personas sean capaces de decir 'acá estoy, qué hay que hacer'... sería una bendición.

Y tú... ¿ya compartiste con el otro?

1 comentario:

Julio Gómez dijo...

no pues gabriela, papa noel no existe y la culpa de la desigualdad en el perú no la tiene el gobierno y menos el congreso, este statu quo de desigualda y exclusión lo permite la oligarquía y la lumpenburguesia (no toda la burguesia es lumpen, ojo).

son ellos los que llevaron a garcía al poder auspiciandolo con dinero y con sus medios de comunicación, son ellos los que prefieren un ladrón al peligro de un gobierno que haga un ápice por cambiar este sistema neodelincuencial.

saludos