jueves, 27 de octubre de 2011

DÍA DEL CORRECTOR

Hoy, 27 de octubre, se celebra, en el mundo hispano, el Día del Corrector.

En el país, la Asociación de Correctores de Textos del Perú, Ascot Perú, lo festeja con una conferencia dictada por Luis Delboy, a las 6:30 p. m., en la sala 5 del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, sito en Av. Camino Real 1075, San Isidro.

La entrada es libre, pero hasta completar el aforo. Así que lleguen temprano todos los que quieran compartir una hermosa velada, salpicada de conocimiento.

martes, 19 de octubre de 2010

Inicio de un nuevo camino

Después de mucho batallar se hizo el milagro y nació nuestro hijo. Su nombre, Ascot Perú, para que sea más fácil de recordar. Estoy feliz por tener la suerte de estar a su lado, o, mejor dicho, dentro de él, porque sé que va a llegar lejos, que escalará y sorteará muchos obstáculos con trabajo, no será fácil el camino que ha elegido pero estoy segura que marcará un rumbo que muchos seguirán.

Este 27 de octubre se celebrará por primera vez el Día del Corrector en el Perú, la Asociación de Correctores de Textos del Perú, Ascot Perú, organiza el evento que será también su presentación y el punto de partida de las actividades programadas.

Por fin el país tiene una agrupación que vigilará el buen uso del idioma, lo protegerá de las mutilaciones que muchos le infringen y marcará las pautas a todos los integrantes de la sociedad peruana para escribir como se debe, cuidando este patrimonio cultural de la nación.

Ascot Perú también promoverá la lectura y se convertirá en referente ante las posibles dudas de los peruanos al escribir. El sueño de conseguir que la corrección de estilo se convierta en una profesión dictada por las universidades peruanas ya inició el camino a ser una realidad.

El mundo literario está de fiesta, el silencioso oficio, como se le llama a la corrección de textos, está de fiesta y ya empezó a hacer bullicio por única vez al año.

¡Viva Ascot Perú!

martes, 13 de abril de 2010

Caminando sin poder hacerlo

Las letras curan el alma, me digo, tratando de encontrar argumentos para animarte a escribir a través mío, a reinventarte jugando con las palabras, a ser tú mismo sin que nada ni nadie te lo impida.

Quizá sea duro recordar momentos del pasado, de ese pasado que te puede doler, que te hace daño, como me dijiste hace poco. Sin embargo yo apuesto por tus recuerdos, por tus dos vidas, la pasada y la presente, pues todo tiene algo de bueno, amigo querido, todos tenemos distintas vidas, a veces muy divergentes, otras casi similares, pero al fin y al cabo son divorciadas, lejanas y siempre presentes.

Al final todas tus vidas son parte de ti y nadie puede cambiar esto, ni siquiera tú. Y creo firmemente que no debes olvidar ninguna, por más duro que esto sea. Al contrario, debes acostumbrarte a vivirlas siempre que quieras y puedas, reinventar tu camino, idear artificios que te permitan volver a ellas cuando lo quieras, sacarle el jugo a tus experiencias y a tu realidad, pero sin olvidos.

No es fácil intentar sobrevivir en tu estado, muchos hasta dirán que lo tuyo no es vida, ¡craso error!, mientras tu cerebro te dicte ideas la vida fluirá de ti. Mientras exista una persona que te ame seguirás viviendo y siendo parte importante de este mundo.

Apuesto por ti y por tus ideas innovadoras, por tus ganas de romper la rutina en la que estás sumergido tantos años, apuesto por Randy, por ese chico que acaba de nacer y separarse de su cuerpo para iniciar una brillante y luminosa vida pensada para los demás, para los que carecen de algo no tan importante, porque el físico es solo eso: carne y huesos. Lo valioso es lo de adentro, el alma, el espíritu, las ideas, la creatividad, el pensamiento.

No desistas nunca, sigue a tus ideas, continúa creando, viendo películas, escuchando buena música, ilusionándote con tus proyectos, porque tú eres valioso, has nacido para hacer grandes cosas por los demás y eso solo tú lo sabes a ciencia cierta. ¿Por qué crees que pasa eso?, pues porque Dios está muy cerca de ti.

28.01.2008 / 23:12 horas

domingo, 11 de abril de 2010

Rogger

Todavía no alcanzo a verte cuando abro la puerta, una de mis compañeras entra, sonriente.

Luego apareces tú, tengo muchos chiquillos hoy y te acomodo lo mejor posible, quieres ver los Play Station. Y te quedas ahí, mirando cómo juegan los otros, ensimismado.

Corro hacia el otro ambiente a ver a los demás y después de estar un rato con ellos paso rumbo a ti y distingo, a través de la ventana, a otro joven, mayor que tú, parado mirando desde afuera lo que hacen los chicos y eso provoca una mueca de disgusto en mi rostro. Tú te fijas en mí y me sonríes por primera vez, qué luz irradias, tus ojos lo hacen también, son tan claros y verdosos como el cielo o el mar de una postal. Me dio verguenza mi gesto y lo cambio por una sonrisa dedicada a ti.

Ruegas que deje entrar al extraño y lo hago, es tu tío que está allí para cuidarte; recuerdo tu dulce expresión cada vez que estoy en problemas, eres uno de esos ángeles que Dios ha puesto en la tierra para que nos apoyen en nuestro caminar. Me enamoré de ti, lo reconozco, desde ese momento.

Ayer te vi en un video y hoy no puedo evitar empezar a escribir para contarle a todos que existes junto con tu bondadoso, valiente y sabio corazón. Querido Roger, me has dado muchas lecciones en el poco tiempo que nos hemos visto y le agradezco a Dios haberte conocido.

No tienes las posibilidades de todos, la gente común y corriente, y sin embargo brillas con luz intensa porque eres un ser especial capaz de dar sabias lecciones mejor que el profesor más calificado del mundo.

Espero no verte más en el hospital, cada día que estoy allá ruego que nunca más toque la puerta de La Casita de Juegos tu madre para pedirme ayuda porque nuevamente estás internado. Esa vez casi me muero de angustia y felizmente conseguí la medicina para ti; corrí a verte apenas pude y seguías igual, con la misma expresión de felicidad, la luz no se ha ido de tus ojos y tu sonrisa amplia, hermosa, que muestra tus dientes blancos, sigue allí.

Muchachito querido, gracias por existir, por ser tan valiente y aguerrido, porque no has borrado tu optimismo a pesar de saberte cuadrapléjico desde los 15 años y por enamorarme de esa forma. Te prometo que trataré de parecerme en algo a ti y que me reiré de los 'graves' problemas que tenga para tratar de alcanzarte, porque me llevas una gran ventaja, eres toda una lección de vida.

Roger, mi corazón, mi alma y mi pensamiento están contigo.

jueves, 18 de junio de 2009

La vida

Dicen los que gustan afirmar cosas sin sentido o por lo menos sin ningún respaldo científico, que cuando una mujer es sometida a una histerectomía, proceso por el cual se le extrae el aparato reproductor, simplemente ella pierde el deseo sexual y se convierte en una inapetente de los jugueteos placenteros en la cama de por vida. Nada más incierto.

Muchos de nosotros tenemos la peregrina idea de asociar el origen del impulso o deseo sexual con los genitales, el aparato reproductor o cualquier órgano que se encuentre dentro de esta área.

El deseo sexual y sensual va más allá de un simple órgano o espacio físico. Recuerdo muy bien cuando especté una película premiada con varios Óscar cuyo título en Latinoamérica, Regreso sin gloria, no hace honor a su guión.
Jon Voight, el protagonista, regresa de la guerra, de Vietnam para ser más explícita, paralítico y con los consabidos traumas adquiridos. Sin embargo, se enamora y logra ser correspondido e increíblemente para mí (era joven aún) tienen relaciones sexuales muy eróticas y satisfactorias, llenas de ingenio, porque se imaginarán que para ser paralítico y lograr sentir placer debe serlo.

Como dice el poema de Barnard todo está en el estado mental, es decir, el deseo, impulso sexual y la satisfacción vienen del cerebro y llegan a él. Todo es cuestión de fomentar su aparición y prolongar la sensación inigualable lo más que podamos.

Lamentablemente en países como el nuestro, donde el machismo impera, pocos conocen esto y es por eso que muchos hombres 'olvidan' la importancia de los juegos preliminares y van directo a la penetración, originando mujeres insatisfechas y atadas al yugo matrimonial solo por principios religiosos o de conciencia.

Las mujeres que pasamos por una histerectomía sentimos y gozamos del placer sexual tanto como otras que tienen todos sus órganos reproductores, esa es la verdad, el quid del asunto es ser siempre creativos y dispuestos a querer sentir.

domingo, 12 de abril de 2009

Locura

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escuché tu voz. Los años trascurrieron vertiginosamente luego de verte en el micro, aquella vez en que casi me hundí en el asiento para que no me veas mientras subías y buscabas sitio más atrás.

¿Cómo estarás?, siempre me pregunto, con mi imaginación casi puedo tocarte, veo el que fuera nuestro cuarto, camino por la sala, llego a la cocina, hasta puedo observar la calle desde la ventana y los estacionamientos, algunos vacíos, otros no.
Está allí, silbando mientras coses, caminas con paquetes cerca al parque Cánepa, duermes plácidamente mientras mueves acompasadamente tu pie izquierdo.

No quiero recordar otras cosas, otros momentos cargados de tristeza, de locura; prefiero verte feliz a mi lado, recorriendo caminos polvorientos de esa ciudad serrana que visitamos durante Semana Santa después de haber llegado a La Oroya en medio de una granizada, vistiendo tan solo bermudas, polito sin mangas y sandalias... ¡qué locura tan maravillosa!

Sé que también es ilógico seguir pensando en ti, en que algún día volveremos a compartir momentos así de lindos, pero no puedo dejar de hacerlo, es mucho más fuerte que mi necesidad de vivir en paz.

Dentro de mí algo me dice que debo ser paciente, que es mejor esperar un mayor tiempo... más años, más vida dedicada a tu recuerdo, pero otra parte mía me reclama, me urge, me pide que abandone la idea de estar contigo que da vueltas en mi cabeza desde hace ya diez años.

Locura: sí, amor: tal vez, necesidad: seguro que sí.

martes, 30 de diciembre de 2008

Compartir

Se termina el año en medio de noticias que preocupan y hacen pensar en cómo será el 2009, económicamente hablando. Bien sé yo que lo otro, la catadura de gobierno mal elegido por el pueblo, no variará sustancialmente y todo seguirá igual pues la brecha que divide a los peruanos se ampliará cada vez más.

Sin ir muy lejos puedo observar las diferentes formas de 'celebrar' las fiestas de fin de año: unos, los más privilegiados, luego de gastar muchísimo en regalos navideños, ya están veraneando en la casa o departamento bien equipado, ya pagaron por la fiesta con orquesta y se compraron ropa nueva para la ocasión; otros, aún no tenemos un plan trazado pero sin lugar a dudas la pasaremos festejando y gastando algo de dinero. Pero la mayoría de los peruanos estará durmiendo cuando sean las doce, si tiene dónde hacerlo, o trabajando para que los privilegiados reciban el 2009 'como se debe'.

Nuestro país está enfermo, padece de un mal crónico: la exagerada y abrumante desigualdad. La mayoría de nosotros vive sin reparar en ello, ¿será porque en verdad no nos damos cuenta o porque nos molesta hacerlo?

Los congresistas gritan desaforadamente cuando les hablan de pagar impuestos por sus tremendos aguinaldos navideños mientras en el hospital todos los días hay un niño que se muere por desnutrición o una madre que implorante y con lágrimas en los ojos se acerca, temerosa, a rogar que le donemos 24 soles para tener la mitad de medicinas necesarias para la operacion urgente de su hijo.

Sé muy bien que es legítimo tener algo y cuidarlo, dinero, trabajo, veranear en una playa de moda... ¡correcto!, pero también sé que es bueno, no solo para el otro sino también para uno mismo, compartir con el semejante, ayudarlo y ser feliz por su felicidad.

Mi alma se llena de tristeza al pensar en mis amigos, los niños que ocupan una cama del hospital. Quisera poder dividirme y estar con ellos todos los días y a cada instante. Es imposible, pero mi alma está a su lado y el sábado podré demostrarles mi amor.

Quisiera que Dios me dé un regalo este 2009: que más gente esté dispuesta a ayudar, que más personas sean capaces de decir 'acá estoy, qué hay que hacer'... sería una bendición.

Y tú... ¿ya compartiste con el otro?